—¡Hmm, ganas! —Ye Qing realmente quería replicar, pero la fuerza de Li Qianfan la dejó sin palabras.
Si sumaba el tiempo de ambas peleas, Li Qianfan podría durar un total de dos horas; era realmente aterrador.
—Según nuestra apuesta, tienes que seducir a Li Qianfan y luego acostarte con él —Bai Yusha levantó una ceja, una sonrisa traviesa en su rostro.
—Esto... Esto no parece muy correcto —el rostro bonito de Ye Qing se sonrojó y parecía avergonzada.
Bai Yusha no se apresuró a hablar sino que observó la tez de Ye Qing. Conocía demasiado bien a Ye Qing; con solo mirarla podía decir qué estaba pensando Ye Qing. De hecho, Ye Qing deseaba que algo sucediera con Li Qianfan, pero no se atrevía a revelar sus verdaderos pensamientos por orgullo.
En momentos como estos, Ye Qing necesitaba un empujón firme.