—Jeje, alrededor de veintisiete o veintiocho, no solo es robusto, sino que también es muy resistente. ¡La última vez que lo hicimos, casi muero! —Bai Yusha recordaba aquella noche con una cara llena de nostalgia.
—¿Engañaste?
Al oír esto, Ye Qing miró a Bai Yusha con una cara llena de shock.
Sin embargo, Bai Yusha parecía indiferente y dijo con calma:
—Sí, engañé, pero solo fue para satisfacer necesidades físicas. Ay... no tuve elección. Mi esposo dura menos de un minuto cada vez, siempre dejándome insatisfecha y sintiéndome vacía por dentro. Engañé solo para satisfacer mis necesidades físicas, no afectará a la familia.
—¿Entonces quién es el hombre con el que engañaste?
Ye Qing podía entender bastante bien a Bai Yusha, porque su propia situación era aún peor. Aunque las actuaciones del esposo de Bai Yusha eran cortas, al menos duraban dos minutos.
¡Y ella era verdaderamente digna de lástima!