Unos siete u ocho minutos después, Huang Yuanyuan y Bai Yusha salieron del dormitorio. Fuera lo que fuera de lo que hubieran hablado, ambas parecían estar de muy buen ánimo, especialmente Bai Yusha, cuyo lindo rostro estaba sonrojado y sus ojos desbordaban de risa.
Por otro lado, Huang Yuanyuan no paraba de reírse con su mano cubriéndole la boca, robando ocasionalmente miradas a Li Qianfan, sus ojos llenos de encanto.
—¿Hmm? —Viendo a las dos interactuar tan armoniosamente, un atisbo de desconcierto cruzó la mirada de Li Qianfan. ¿Podría ser que, tras unos minutos de conversación, Huang Yuanyuan ya había conquistado a Bai Yusha?
—De ser así, ¿aún era necesario conquistar a Bai Yusha? —Yuanyuan, tú y Li Qianfan quédense aquí por un momento. Iré al restaurante a recoger algunos platos. Esperar a que los entreguen, quién sabe cuándo podremos cenar. —Con eso, Bai Yusha se fue, moviendo sus atractivas caderas.
Cuando solo quedaron los dos en la habitación, Li Qianfan preguntó: