—Lo sé, Dan, te creo. ¿Qué más? —Junté mis labios, preparándome para la parte de la conversación que temía.
—Bueno, era como si ella tuviera control sobre mí y me dijo que necesitaba ir a buscar los artículos para ella y lo hice llevándolos de vuelta a Maya —confesó y juro que mi corazón se rompió al escuchar eso.
Siempre pensé que había sido Grace, nunca Dan, pero no puedo odiarlo por haber sido envenenado para hacerlo.
Él miró hacia arriba a través de sus pestañas, percibiendo mi cambio de emoción.