—Sí. Hay estantes llenos de ellos, de hecho. Puedes venir cuando quieras siempre y cuando el CEO esté de acuerdo y no tengas tareas pendientes —dijo Loreen.
Luego se dirigieron a la siguiente escuela privada que visitarían.
Sería la última por hoy si tomaba una hora, ya que aún tenían que regresar a la oficina, consolidar los datos recopilados, dejar los documentos allí y fichar la salida.
—Buenas tardes, nosotros del Banco Centra... —Loreen hizo nuevamente su presentación al llegar a la escuela privada.
Sin embargo, era evidente por la expresión del director que no les agradaba. En el instante en que escuchó a Loreen decir que eran del comité de caridad del Banco Centra, las cejas del director se fruncieron.