—No quiero ensuciar tus oídos —susurró al oído mientras abrazaba la cintura de Zhao Xieshu, recordando en su mente las cosas atroces que le hizo a ese rey pirata.
Después de que Zhao Xieshu se fuera ese día, Qie Ranzhe pateó con fuerza en el estómago a Haidao hasta que el pirata se hizo el muerto. No solo eso, sino que también le rompió cinco de sus diez dedos después de cortarle la cara por cada corte en el cuerpo de Zhao Xieshu. Luego lo arrojó en la peor prisión de máxima seguridad de todo el universo, sujeto a una reeducación que es el tipo de reeducación para forzarlo a superar a Zhao Xieshu. Si tan solo pensaba en Zhao Xieshu, su cerebro sería sometido a electrocución, no suficiente para matar, pero sí suficiente para que suplicara por la muerte.
Este lado de él era el que estaba ocultando a Zhao Xieshu, por lo que no respondió a su pregunta con sinceridad. Temía que Zhao Xieshu tendría miedo de él y lo dejaría, lo que es de lo que más tenía miedo.