Wen Qinxi estaba atrapado en un estupor rumiando sobre los eventos que ocurrieron justo antes de que abandonara el juego. Su mente era caótica, dando una sensación de sofocación cuanto más tiempo permanecía. Simplemente tenía que cerrar sesión y aclarar su mente, por eso hizo que el sistema lo desconectara dos horas antes. Era necesario que Wen Qinxi cerrara sesión porque habían llegado a la parte de la trama donde Qie Ranzhe corría con el gremio haciéndose un nombre durante dos años seguidos.
Dos años sin hacer nada eran simplemente insoportables, aunque en el mundo real se traduciría a casi dos meses. Con un poco de ingenio, los chicos lograron reducir la trama a dos semanas en lugar de dos meses, lo cual ya era lo mejor que podían hacer. No tenían que preocuparse por que Wen Qinxi no fuera aceptado de nuevo en el juego, ya que ya había establecido algún tipo de conexión con Qie Ranzhe.
En la sala de juegos de GameX, un desprevenido Hei Bao sostenía un rotulador permanente dibujando hábilmente un pequeño bigote sobre el rostro de Wen Qinxi. —Bai-ge! Ven a ver —dijo entre risitas mientras le hacía señas para que se acercara. Se inclinó de nuevo procediendo a dibujar una barba desagradable que estaba antes de que Xia Bai lo detuviera preguntando, —¿Qué estás haciendo?
Hei Bao retiró su mano gestando con ella para que Xia Bai guardara silencio. —Ya sabes que Wen Qinxi tiene mal genio. No te la va a dejar pasar fácil —advirtió Xia Bai tirando de su manga, pero Hei Bao se encogió de hombros dibujando un círculo alrededor del ojo derecho de Wen Qinxi con una expresión concentrada. Estaba a punto de dibujar un círculo alrededor del ojo izquierdo de Wen Qinxi cuando la víctima abrió abruptamente los ojos como en una escena inquietante de película de terror.
Sorprendido Hei Bao gritó, —¡AHAHAHAH! —mientras saltaba a los brazos de Xiao Bai—. Wen Qinxi, me has asustado de muerte.
Xia Bai miró a Hei Bao envolviendo firmemente un brazo alrededor de su cuello diciendo, —Ya puedes bajarte. Hei Bao cumplió mientras se disculpaba sincero hasta que su línea de visión cayó en su hilarante obra maestra en un ahora erguido Wen Qinxi. Luchó por contener su risa y dejó que Xia Bai hiciera todo el hablar.
Un desorientado Wen Qinxi no prestaba atención a las acciones de Hei Bao apoyando su pesada cabeza con sus manos. —¿Cómo te sientes? Te despertaste dos horas antes de lo esperado. El médico de la empresa todavía no está aquí para revisarte —dijo un Xia Bai mucho más maduro con una expresión seria tratando de defender su deseo de reírse. Wen Qinxi realmente parecía hilarante.
—Iré a buscar al médico personal de Qie Ranzhe, quizás todavía esté aquí ya que acaba de revisar al CEO —dijo Hei Bao antes de salir corriendo ya que podía reírse a gusto.
Diez minutos después regresó con el médico, quien les lanzó una mirada fulminante al ver la cara de Wen Qinxi. Los dos culpables se fueron sin problemas ya que apenas podían contener su risa. El médico se arrodilló frente a él preguntando, —¿Te duele la cabeza? —mientras comprobaba su pulso aunque sus ojos estaban completamente fijos en el bigote y la barba. Al final no pudo contenerse, preguntando, —¿Esto es como un juego de oficina o algo así?
pero Wen Qinxi también estaba desconcertado, así que el médico sacó su teléfono y abrió la cámara frontal antes de pasársela a él, —Aquí.
Wen Qinxi aceptó el teléfono con cara larga pero pronto entendió lo que el médico quería decir cuando vio el feo dibujo en su rostro. Estaba enfadado pero soltó una risa ominosa en su lugar. —Ok, genial... Les devolveré el favor a esos imbéciles por diez —dijo con una sonisamaligna que asustó al médico.
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Fue solo cuando le devolvió el teléfono al médico que finalmente echó un buen vistazo a su cara. Como si lo hubiera golpeado un rayo preguntó:
—¿Machu?
Frente a él había un rostro familiar pero mucho más viejo. Siempre había pensado que solo Zhao Huangzhi era del mundo real, pero resulta que también había un Machu en el mundo real.
El médico lo miró perplejo mientras estudiaba su perfil. Sacó algo de alcohol de su botiquín médico y empapó un algodón con él antes de dárselo a Wen Qinxi para remover algo del marcador permanente en su rostro. Estaba a punto de preguntarle si se habían conocido antes, pero después de mirar más de cerca exclamó:
—¡Gecko!
Wen Qinxi...
No había oído ese apodo en mucho tiempo y se quedó helado en cuanto esa palabra salió de la boca de Machu. En el instituto, le otorgaron el nombre de gecko debido a su habilidad de mezclarse en silencio desvaneciéndose entre bastidores. Si nadie lo buscaba realmente, su presencia pasaría desapercibida, por lo que gecko. No es que fuera callado, es solo que no encajaba con los niños ricos y mostraba con gusto su verdadera personalidad en cuanto su madre venía a recogerlo. Pero, ¿cómo diablos sabía Machu eso? ¿Estuvo en el mismo instituto que él, y si sí, entonces por qué no lo recordaba?
—Debería haber sabido que eras tú. Ahora tiene mucho sentido —dijo pero juzgando por la expresión perpleja de Wen Qinxi, él podía decir que había sido olvidado hace tiempo—. Espera, ¿no te acuerdas de mí? Oh, es verdad, l era un año menor que ustedes y tenía el pelo rubio en ese entonces. ¿Cómo iba a recordarme un xueba como tú cuando todo lo que hacías era salir con tus libros? —explicó—. Tú también te ves diferente. Al fin te quitaste los lentes y los frenos. Si no hubiera mirado de cerca no habría sabido que eras tú.
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Wen Qinxi digirió lentamente las palabras de Machu, recordaba a un rubio desaliñado de esa época, pero apenas prestaba atención a sus compañeros de clase, y mucho menos a los estudiantes de otras clases. Machu terminó de examinarlo y siguió hablando, pero Wen Qinxi apenas estaba atento.
—Doc, claramente no está escuchando. Puede decirme qué necesita hacer y yo me ocuparé de él —dijo Wen Danzhe que había aparecido en algún momento.
Ya estaba esperando que Wen Qinxi se despertara cuando Xia Bai lo llamó para recoger a su hermano mayor antes de tiempo. Wen Qinxi sonrió radiante al ver a su hermano menor después de tanto tiempo. De repente se vio abrumado por la nostalgia de hogar. Al ver esto, Machu no pudo evitar preguntar:
—¿Y él quién es?
—Soy su hermano —respondió Wen Danzhe colocando su mano en el hombro de Wen Qinxi eso antes de que viera la cara de Wen Qinxi—. ¡Santo cielo! ¿Qué te pasó en la cara?
Wen Qinxi hizo un gesto con sus ojos hacia Hei Bao y Xia Bai con su labio rizado. Wen Danzhe entendió dándole una mirada que parecía decir 'Te ayudaré a ejecutar la venganza'. Este vínculo no expresado hizo que Machu encendiera secretamente una vela por los dos nerds.
Wen Qinxi dejó a su hermano manteniendo una discusión con Machu y de alguna manera se paseó para echar un vistazo al hombre guapo que yacía en la cápsula del juego como una bella durmiente en los cuentos de hadas. De repente recordó a ese adolescente divertido y burbujeante en el juego que le provocó un dolor en el corazón.
—Te sacaré —dijo con el dorso de su mano rozando la de Qie Ranzhe.
—¡Qi Dage, vámonos! —dijo Wen Danzhe golpeando suavemente en la ventana de vidrio. Wen Qinxi se dio media vuelta para irse pero su dedo índice fue de repente agarrado por un inconsciente Qie Ranzhe lo que le hizo detenerse en seco. Supuso que el chico había logrado despertarse solo para encontrar al hombre yaciendo todavía sin movimiento alguno con la presión en su dedo aflojándose gradualmente. Estaba a punto de volver a su lado cuando un impaciente Wen Danzhe golpeó de nuevo.
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