Wen Qinxi cerró la caja de madera y la guardó antes de enrollar una manta extra a lo largo para dividir la cama en dos partes iguales. Esperaba sinceramente que esto ayudara a prevenir otro evento embarazoso como el que ocurrió la última vez que se quedó a dormir. Wen Qinxi se lavó y se cambió su prenda exterior pero aun así Qie Ranzhe no había reaparecido, probablemente escondiendo su preciosa espada en Marte o Plutón.
Se dejó caer con fuerza en la cómoda cama, sumido en sus pensamientos. Wen Qinxi se arrepentía de haberle dado esa espada a Qie Ranzhe, de otra manera no estarían en esta situación. Se sentía mal por forzar a Qie Ranzhe a desprenderse de algo que obviamente tenía un valor sentimental para él. Con eso en mente, decidió dejarle que la conservara. El argumento ya se había ido al traste hace tiempo, así que ¿por qué molestarse en quitarle su juguete favorito?
Sintiéndose como si un gran peso hubiera sido levantado de sus hombros, Wen Qinxi se giró hacia su lado ahora enfocando su mente en el plan ideado por Lee Jienjie. El plan para sacar su nombre de la lista negra de Zhao Huangzhi. Tenía dos opciones, siendo la primera cortar toda interacción con Qie Ranzhe, lo cual estaba completamente fuera de cuestión. ¿Cómo iba a ayudarle si no eran amigos?
La segunda opción era la sugerencia de Lee Jienjie, la cual Wen Qinxi tenía que admitir que era ingeniosa. La única otra forma de hacer que Zhao Huangzhi cancelara sus mercenarios era que Lin Jingxie consiguiera una novia. Si él tuviera una novia, eso tranquilizaría la ilógica mente de Zhao Huangzhi, pero en realidad él no quería salir con nadie, de ahí la sugerencia de Lee Jienjie de crear rumores sobre su inexistente relación.
Este rumor al menos garantizaría su supervivencia en el juego y no tendría que dormir con un ojo abierto. Decidió pedirle a Jolie que le ayudara a esparcir los susurros hasta que llegaran a los oídos de Zhao Huangzhi, eso es una vez que Qie Ranzhe entrara en el gremio. Wen Qinxi estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta de cuando Qie Ranzhe regresó, sólo volvió a sí mismo cuando oyó a Qie Ranzhe preguntar: "¿Qué es eso?" con un tono grave. Wen Qinxi se sentó derecho antes de mirar a su alrededor preguntándose de qué hablaba. Un impaciente Qie Ranzhe se deslizó señalando con el dedo la manta que dividía la cama por la mitad.
Wen Qinxi finalmente entendió a qué se refería y se rió diciendo —Esto es por mi propia seguridad. La última vez que dormí aquí fui estrangulado por un pulpo— mientras daba palmaditas a la manta enrollada orgulloso de su valla fronteriza como si fuera eficaz contra intrusos.
Qie Ranzhe evidentemente estaba descontento con el nuevo arreglo ya que se acostó en el lado de la cama que le correspondía. Realmente quería destrozar esa manta en pedazos dado que esta podría ser la última vez que dormirían en la misma cama por mucho tiempo ya que se inscribiría en el gremio en unos días. No estaba en su naturaleza rendirse fácilmente, así que recurrió a negociar tratando de parecer lo más patético posible diciendo —Jin-ge, esto no es necesario. Prometo que me quedaré en mi lado de la cama— mientras observaba la espalda de Lin Jingxie.
Podía decir que Lin Jingxie se estaba quedando dormido ya que su respiración se relajó y su cuerpo se recostó de manera perezosa. Aprovechando esto, introdujo su mano bajo la manta fronteriza pero pronto retiró su mano cuando Lin Jingxie de repente le dio una bofetada en el brazo regañándole —Deja de jugar y duérmete. Mañana tienes que levantarte temprano y participar en la prueba. No te molestes en venir a verme si no consigues entrar—. Esta declaración fue suficiente para disuadir a Qie Ranzhe ya que no molestó más a Lin Jingxie y se quedó dormido poco después. Como dice el dicho 'a quien espera, cosas buenas le esperan' definitivamente algo bueno le pasó a Qie Ranzhe ya que se despertó con Lin Jingxie abrazándolo como un bebé panda durmiendo.
Tan pronto como abrió los ojos, de repente se encontró con la atractiva presencia de Lin Jingxie acostado junto a su cara en profundo sueño. Su brazo estaba fuertemente enrollado alrededor del pecho de Qie Ranzhe y su pierna alrededor de la cintura de Qie Ranzhe. La llamada barrera hacía mucho que había sido pateada fuera de la cama a quién sabe dónde. Qie Ranzhe no sabía si reír o llorar, preguntándose quién exactamente necesitaba protección de quién. Quería quedarse así para siempre pero ya que necesitaba salir temprano para la prueba, no tuvo más remedio que despertar a Lin Jingxie. Le acarició la espalda suavemente instándolo a despertar, pero el chico se negó murmurando en sueños con sus cejas juntas en señal de molestia.
Qie Ranzhe lo intentó nuevamente y esta vez su voz fue unos decibeles más alta. Pareció funcionar porque Lin Jingxie finalmente se movió y justo cuando pensó que había logrado despertarlo, Lin Jingxie de repente giró su rostro con sus húmedos labios rozando la esquina de los labios de Qie Ranzhe. Qie Ranzhe se congeló con su corazón literalmente tratando de salirse de su pecho mientras los labios de Lin Jingxie se demoraban lo que parecía una eternidad.
Y aunque detectando la inquietud de su almohada humana, Lin Jingxie lentamente abrió los ojos. Al principio, no tenía ni idea de lo que estaba pasando hasta que abrió completamente sus ojos entrecerrados. Como si lo hubieran golpeado con un rayo, Wen Qinxi saltó de la cama como un gato que de repente había puesto su pata en un charco de agua gritando —¡Qué carajo!