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Satisfecho con su investigación y adormilado, Wen Qinxi colgó la llamada tranquilo mentalmente. Los chicos podían decirse eso el uno al otro sin intenciones raras. Creciendo, la mayoría de sus amigos eran conocidos en línea que había conocido una o dos veces. Apenas había tenido interacciones físicas, por lo que le faltaba experiencia en cuanto a esos límites entre amigos.
—Ves que estabas pensando demasiado. Puede que no sea humano, pero sí tengo una clara comprensión de la emoción humana. Concéntrate en ayudar a Qie Ranzhe a pasar este mundo, no en estos asuntos triviales —dijo el sistema esperando que Wen Qinxi se tragase su tontería y disipase cualquier duda.
—En serio, ¿parezco que me complico demasiado? Siempre lo decía con mis amigos todo el tiempo, ¿por qué iba a complicarme? —respondió Wen Qinxi mintiéndose a sí mismo. No quería parecer anticuado o pasado de moda.
—Claro, claro jefe —dijo Jolie de acuerdo con él, pero conocía toda la historia de Wen Qinxi y optó por no exponerlo.
—Aunque desearía que no me abrazara tan fuerte —dijo Wen Qinxi intentando escapar de los tentáculos del pulpo.
—TEPT, muestra más amor —dijo el sistema exagerando esa carta.
—¡Lárgate! TEPT mis narices —respondió Wen Qinxi aún luchando por liberarse de Qie Ranzhe sin despertarlo. Desde que Wen Qinxi dijo lárgate, el sistema realmente se largó dejando a su indefenso jefe luchando como un ratón atrapado en una trampa para ratones.
Wen Qinxi pensó que las cosas no podrían complicarse más, pero vaya si estaba equivocado. Porque forcejeó tanto que la cara de Qie Ranzhe ahora tocaba su oreja, que si giraba la cara levemente, su nariz chocaría contra la mejilla de Qie Ranzhe. —¡Mierda! —maldijo en voz baja mientras intentaba mover su cara con el cuello torcido de una manera incómoda, pero mantener esa postura era tan doloroso que quería llorar.
No tuvo más remedio que devolver la cabeza a su posición original. Justo cuando se resignó a su destino, surgió otra complicación, que era el cálido aliento de Qie Ranzhe cosquilleando su oreja con cada exhalación rítmica. Fue entonces cuando se dio cuenta de que las cosas habían pasado de mal en peor mientras maldecía entre dientes. Wen Qinxi intentó encontrar al sistema para al menos distraer su mente de la sensación extrañamente agradable con una película, pero ese sistema nunca reapareció.
Soportó en silencio, pero sin previo aviso, la situación empeoró de mal en peor a trágica. Para asombro de Wen Qinxi, bajo la constante provocación de un Qie Ranzhe durmiente, su estúpido miembro de abajo eligió el peor momento para levantarse lentamente ascendiendo como masa de pan fermentando. Wen Qinxi observaba con los ojos abiertos como el descarado Wen Qi júnior se ponía tieso en atención formando un pico familiar.
—¡Qué demonios! Baja, idiota. ¿Te estás poniendo duro por una tontería? ¿Acaso parece que hay chicas bonitas aquí, imbécil? —regañó a su vergonzosa erección, pero en respuesta, el júnior comenzó a contraerse involuntariamente como si se burlara de él.
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Wen Qinxi, atónito. Cuanto más el cálido aliento de Qie Ranzhe rozaba su oreja, más roja se volvía, incitando la liberación de hormonas del placer por todo su cuerpo. Wen Qinxi no podía creer que un chico pudiese excitar a otro, aunque él era hetero, bueno, al menos eso pensaba. Esto fue demasiado abrumador para él, así que decidió despertar a Qie Ranzhe para que lo liberara; de lo contrario, Wen Qinxi no podría dormir esa noche.
—Qie Ranzhe —llamó Wen Qinxi mientras lo sacudía—, pero Qie Ranzhe no respondió. Llamó un par de veces más, sacudiéndolo con fuerza sin éxito. Justo cuando estaba a punto de rendirse, Qie Ranzhe finalmente movió la cabeza diciendo: "Sé bueno, deja de causar problemas", sin siquiera abrir los ojos.
Wen Qinxi suspiró aliviado cuando se cortó la fuente de su provocación. Su alivio no duró mucho, ya que la situación se intensificó de trágico a tormentoso. Qie Ranzhe movió la pierna izquierda que originalmente estaba envuelta alrededor de las rodillas de Wen Qinxi, subiéndola hasta su ingle. La temperatura corporal de Wen Qinxi se disparó a niveles sin precedentes, dando la ilusión febril. Estaba histérico con todo el cuerpo cubierto de sudor y el corazón latiendo tan rápido como si fuera a estallar en cualquier momento.
Mientras estaba teniendo un ataque de pánico, su miembro junior estaba extasiado como si hubiera recibido una gota de agua después de una larga sequía atroz. Su cara avergonzada estaba tan roja como una cereza madura mientras el presemen se filtraba humedeciendo su pantalón. En toda su existencia, Wen Qinxi nunca se había humillado tanto.
Intentó agitar su cuerpo hacia arriba para liberar al Wen Qi júnior, actualmente atrapado bajo el muslo interior de Qie Ranzhe, pero sus movimientos sutiles agravaron su miembro aún más y el resultado, bueno, no lo humillemos más diciéndolo.
Oh, qué demonios, somos todos adultos, así que lo diré. Wen Qinxi alcanzó el pico de éxtasis con todo su cuerpo convulsionando en un placer inigualable. Su clímax fue tan intenso que tuvo que enterrar la cabeza en la almohada para ahogar el gruñido incontrolable que escapaba de su garganta.
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Wen Qinxi pasó toda la noche en sus pantalones húmedos sintiéndose extremadamente incómodo, con los ojos enrojecidos abiertos de par en par. Qie Ranzhe eventualmente se movió en cuanto el sol asomó en el horizonte. Ese movimiento fue suficiente para permitir que Wen Qinxi escapara con gran dificultad. Literalmente se retorció fuera de los brazos de Qie Ranzhe, cayendo al suelo con un ruido sordo, lo suficientemente fuerte como para despertar a los muertos.
Wen Qinxi gimió de dolor mientras levantaba su cuerpo del suelo. Qie Ranzhe se despertó por el repentino sonido de un cuerpo golpeando fuertemente contra el suelo y se sentó, mirando hacia abajo con sus ojos llenos de preocupación. —¿Jin-ge, estás bien? —dijo, a punto de bajarse de la cama para ayudarlo a levantarse.
Mirando la sospechosa mancha húmeda en sus pantalones, Wen Qinxi se congeló, gritando:
—¡No! —con su mano haciendo un gesto para que se mantuviera alejado. Qie Ranzhe no pudo ver nada aparte de Lin Jingxie a cuatro patas con su trasero frente a él. La vista era tan provocativa que no pudo resistirse a estirar su mano para darle una suave apretada al trasero de Lin Jingxie, pero pronto retiró la mano cuando volvió en sí.
Con una mueca en su rostro, Wen Qinxi se levantó y caminó torpemente lo más recto posible hacia su prenda exterior perfectamente doblada. Solo relajó sus tensos músculos cuando estuvo completamente vestido, calmándole el corazón errático al instante. Se volteó a mirar a Qie Ranzhe diciendo:
—Esta es la última vez que compartimos cama. Eres un puto pulpo —antes de salir sin siquiera preocuparse por su cabello desordenado.
Qie Ranzhe, que acababa de ser regañado temprano en la mañana por Lin Jingxie, se volvió a acostar preguntándose qué había hecho que fuera tan malo como para que le revocaran sus privilegios de dormir juntos. Solo después de un rato se dio cuenta de que sus pantalones en su muslo interno estaban ligeramente húmedos. Curioso, usó su dedo para raspar el fluido minúsculo y lo olió. En shock, Qie Ranzhe juró:
—¡Joder! —al darse cuenta de qué era. Después de todo, era un hombre y podía reconocer fácilmente ese olor. Se recostó con una sutil sonrisa, mordiéndose el labio inferior lleno de sentimientos encontrados.
—No puedo creer que dormí durante un evento tan emocionante —dijo cerrando los ojos, mientras olfateaba perversamente el intoxicante olor como un adicto.
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