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Con tan solo ver las chispas en la mirada expectante de Jin Jiuchi, Shen Nianzu supo que el verdadero objetivo del hombre era bucear, mientras que revisar el casco era solo una excusa al azar.
Aun así, no podía negarse porque sabía que Jin Jiuchi tenía razón. Odiaba ser pasivo. Si había algo desconocido, preferiría tomar el riesgo de descubrirlo que tener que enfrentarlo desprevenidos. —Entonces... —mostró una mirada dudosa, y los ojos de Jin Jiuchi se iluminaron aún más.
—¡Vamos, vamos, vamos! —Se giró hacia Gu Luoxin y Noir—. ¿Y ustedes qué dicen?
—Yo... —Gu Luoxin miró la inmensa masa de agua y sintió un mareo—. Creo que me saltaré esto. A su lado, Noir también sacudió la cabeza para negarse, ya que no le gustaba mojarse.
