Se habían preparado para una habitación llena de criaturas de pesadilla acechando en la oscuridad, esperando emboscarlos. Sin embargo, la escena frente a ellos era totalmente opuesta. El espacio que se suponía debía estar lleno de miembros de la tripulación estaba vacío e inmóvil.
Un silencio escalofriante colgaba en el aire. La estación estaba desocupada; papeles estaban esparcidos, instrumentos dejados sin cuidado, y sillas volteadas. Era como si el puente hubiera sido abandonado abruptamente en medio del caos. A través de las grandes ventanas panorámicas, no podían ver nada más que una extensión interminable de oscuridad que parecía tragar al barco entero, haciéndoles sentir como si navegaran a través del vacío. Las pantallas del radar parpadeaban intermitentemente, emitiendo un brillo siniestro similar a sombras distorsionadas.