—Daisy dio un paso atrás y miró a Emma cuando Eva volteó los pergaminos con tanta fuerza que se rasgó. Había estado leyendo el mismo pergamino desde la mañana, pero sus expresiones habían cambiado tantas veces que los confundió. Si estuviera leyendo el informe de gastos de las familias vasallas o si estuviera leyendo una tragedia.
Diana era la única que no se veía afectada por Eva. Estaba calculando la cantidad con un ceño fruncido profundo en su rostro como si no pudiera oír o ver nada a su alrededor. Su propio garabateo en los archivos mantenía a todos alejados de ella. Parecía que estaba usando la aguja para apuñalar el pergamino como si fuera su enemigo.
—Cherrie entró en la habitación con un suspiro. Tenía una bandeja en sus manos con té de manzanilla y pastel de manzana para su amante. Su rostro estaba oscuro como el de Eva también. Daisy levantó una ceja en señal de interrogación. Pero la criada negó con la cabeza y suspiró de nuevo.