—¡Tú... ¡Cómo te atreves! —Sally fulminó a Evan con la mirada, con ganas de matar mientras se cubría la mejilla derecha con las manos.
—Estás en mi palacio, mi habitación, diciendo tonterías sobre mí y piensas que me quedaré aquí escuchando tus disparates. Señora Blake, puedo arrastrarte a la corte real por calumniarme. ¿Estás segura de que quieres correr ese riesgo? —la mujer apretó los dientes con odio. ¡Esta mujer! Era tan descarada.
—¡Ja! Solo dije la verdad. ¿Te dolió tanto que vuelves a recurrir a la violencia otra vez? ¿Es así como vienes a matar a tu propia hermana? ¿Porque ella habló la verdad? —Evan hizo una pausa. Sus ojos se aclararon de nuevo.
Querían provocarla. Evan dio un paso atrás pero ya era demasiado tarde.
Sally la siguió y soltó la mejilla que estaba cubriendo.
—¿Sabes qué pasará cuando salga de la habitación llorando? ¿Verdad? —sus ojos brillaron con una mirada siniestra haciendo que Evan apretara los dientes.