Eva sacudió la cabeza mientras miraba de nuevo hacia el escenario. Tenía la corazonada de que el objeto no se vendería.
—Estoy dando la oportunidad a los plebeyos de obtener un título —susurró, haciendo que sus ojos brillaran y por primera vez notó esa mirada de orgullo hacia ella que a veces les daba a sus caballeros cuando se desempeñaban bien.
—¿Ah, sí? —soltó una risita ligera, más un suspiro que el sonido que dejaba sus pies hormigueando y ella se sonrojó.
—Entonces debe anunciarse —dijo él, pero antes de que pudiera levantarse para ayudar, ella sacudió la cabeza y tiró de su manga haciendo que levantara las cejas.
Pero antes de que ella pudiera decir algo, el subastador anunció de nuevo,