La primera regla de ser ignorante era no entender nada y Eva no tenía problema en seguir esa regla. Ya no entendía cuando se trataba de la hipocresía de los nobles, aunque ella era una de ellos.
Eva había crecido siendo una persona honesta. A menudo Charlotte la regañaba por ser insensible. Pero no entendía por qué no podía informar a Elena sobre lo que había hecho mal.
Pero con el tiempo, había aprendido que a los nobles no les gustaba que les dijeran que estaban equivocados. Y les gusta los regalos caros, cuanto más ricos son, más les encantan los regalos caros. Esto lo sabía desde su nacimiento.
Había regalado todas las cosas caras a los barones y vizcondes y condes cuando visitaban su territorio. Pero ahora iba a comportarse como una mujer ignorante... iba a cometer ambos errores.