Había pasado una eternidad. No, había sido aún más desde que había escrito un poema. Su madre le había dicho que sería llamada una barda. Esto podría ser bueno para un segundo hijo que no tenía preocupaciones sobre el mundo. Pero el primogénito debería ocuparse de cosas serias como manejar cuentas. Ella debería manejar cuentas.
—Largo y lejos, te he buscado, Sin embargo, tu presencia parece demasiado buena para ser cierta. Fragancia del pasado —se sacudió la cabeza. Parecía tan infantil escribirlo ahora cuando debería estar trabajando en el vestido.
—El vestido —Apartó la poesía y tomó el pergamino en el que estaba diseñando vestidos. Pero era horrible. Como si algo estuviese en su mente pero no en el papel. A menudo se había sentado y escuchado el parloteo de Elena cuando se llevaban bien. Le había dicho a Evan qué cualidades debería tener un vestido que conquistara el corazón de la multitud.