—¿Estás segura de que este es el guion que quieres seguir? —Agatha no estaba sentada en el carruaje con Elena. Tenía en sus manos el guion que Elena quería presentar en el programa de la familia real.
—Sí, y tú serías la única en proporcionar música para ello. Te harías famosa después de eso, Maestra. Todos te recordarán. La familia real podría contratarte si actúas bien, así que tenemos que dar lo mejor de nosotras —los ojos de Elena brillaban de alegría que Agatha se sintió aturdida. Olvidó por un segundo que la historia no parecía tan buena.
¿Qué sabía ella acerca de los gustos de los nobles? Durante años, había sido burlada por esas palabras. No importaba qué tan bien actuara, no era una noble. Y así era burlada por sus habilidades.
Pero Elena había confiado en ella. Una oportunidad para actuar en el programa real, su corazón palpitaba como el de una joven de nuevo solo de pensar en ello y se ruborizó.