—Por supuesto, los sacerdotes ya habían bendecido su matrimonio y estoy seguro de que la diosa está complacida con esta unión. Pero duquesa... es la responsabilidad de un hombre cargar con el peso del mundo por su familia. Y una mujer debe cuidar de la casa y los niños. Así es como funciona la sociedad. Si alguno de ellos traspasa sus límites, el equilibrio del matrimonio y la sociedad se rompería. ¿Ha visto alguna vez a una esposa decidir por su esposo sin tener en cuenta su opinión? —preguntó con una mirada de lástima en sus ojos.
—Siento pena por ti. Has sido corrompida. Debe ser el mal que reside en ti. Pero una oración y algo de agua bendita te harán bien. No te preocupes, te ayudaré con tu purificación —sus ojos se estrecharon por la manera en que él la miraba. Había algo muy inquietante en eso. Quería cubrirse aunque sabía que no era lujuria.
—Él no la deseaba. Sin embargo, se sentía vulnerable cuando él la miraba de esa manera.
—Yo…