Xu Xiang observaba en silencio cómo Huan Yun lloraba y le suplicaba. Ella apretó las manos con fuerza y cerró los ojos. No hay nada que pueda hacer por ella ahora. Sentada allí, dejó que Huan Yun llorara para desahogar sus emociones.
Pasó mucho tiempo antes de que Huan Yun se calmara y dejara de llorar. Se enjugó las lágrimas con vergüenza, soltó la mano de Xu Xiang y dijo —Lo siento. No debería dejarte verme llorar así.
Xu Xiang sacudió la cabeza, le sirvió un vaso de agua y dijo con calma —No hay problema. Ven, bebe esto primero.
Huan Yun tomó el vaso de agua de su mano y lo bebió de un trago. Después de beber el agua, su ánimo se calmó bastante. Miró a Xu Xiang y preguntó con voz ronca.
—¿Y tú? ¿Cómo llegaste aquí?
Xu Xiang llenó su vaso vacío y dijo con calma —Antes de llegar aquí, morí dos veces. La primera vez me comieron viva esos zombis, y la segunda vez morí después de saltar desde un acantilado alto.