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Tres mujeres de la tribu Xiuluo asintieron y se apresuraron a buscar leña. Observando sus espaldas, Xu Xiang no pudo sino elogiar su actitud. Aunque provenían de dos tribus diferentes, habían caminado todo el camino desde la aldea de la tribu Jia sin causar problemas.
—Con la forma en que se comportan, será más fácil vivir y trabajar juntos pacíficamente en el futuro —pensando en esto, Xu Xiang se acercó a la mesa larga y recogió los ingredientes para la primera receta. Luego sacó una mesa larga de su espacio y puso los ingredientes frescos encima.
Mirando a las mujeres frente a sí, dijo:
—Hoy no tengo tiempo, así que solo les enseñaré unas pocas recetas sencillas.
Levantando tres dedos, dijo:
