—Después de decir todo esto, Mu Yucheng tomó una profunda respiración, miró a los ojos de Xu Xiang y preguntó nerviosamente: «Xu Xiang, ¿estás dispuesta a pasar el resto de tu vida conmigo? ¿Estás dispuesta a ser mi esposa?».
Xu Xiang, que estaba sentada a su lado, se quedó atónita. Su cerebro dejó de funcionar en el momento en que él le pidió que fuera su novia. Estaba tan sorprendida que su mente se quedó en blanco y solo pudo mirar fijamente la seria expresión de Mu Yucheng.
Huan Yun, que estaba sentada frente a los dos, los miraba con los ojos muy abiertos y la mandíbula casi se le cae al suelo. Incluso su cerebro rápido no podía seguir el ritmo del cambio de Mu Yucheng de pedirle a Xu Xiang que fuera su novia al principio, a pedirle que fuera su esposa ahora.
«¡Cielos! ¡Esto es tan emocionante! ¿Por qué no sabía que Mu Yucheng era tan capaz? ¡No parpadeó al decir tales palabras vergonzosas!».
—Eh... Saldré primero. Ustedes dos... Continúen, continúen —dijo ella.
