Al mirar la espalda recta de Xu Xiang, Mu Yucheng podía decir que bajo su apariencia obstinada y fuerte, en realidad había una persona orgullosa pero muy sola. Cuando la vio alejarse, sintió que su corazón le dolía tanto y le era difícil respirar.
Apretó las manos con fuerza y frunció el ceño profundamente. Después de unos minutos, aflojó las manos apretadas y la siguió en silencio. Entre ella y esos extraños, siempre la elegiría a ella sin dudar.
Todavía no sabe si la eligió por sus deberes, o porque esto es lo que realmente quería. Pero de lo que está seguro es que odia verla alejarse de él. Cuando pensó en que ella lo abandonaba, sintió un dolor insoportable en el corazón.