Punto de Vista de Jahi
Caminaba por el pasillo con un gesto burlón mientras observaba cómo el hombre vestido lujosamente se apresuraba a alejarse, sus regordetas pequeñas piernas impulsándolo tan rápido como podían.
Muy por delante de él estaba una mujer humana, de sorprendente belleza, con largos cabellos azules fluyendo y pechos voluptuosos que se balanceaban conforme corría, destellos azules suaves radiando de sus largas y elegantes piernas mientras levantaba su vestido para moverse mejor.
—Cómo una mujer como ella terminó atada a un cerdo tan feo es un misterio para mí, y el hecho de que le haya dado tres hijos —dos de los cuales eran ahora poco más que trozos de carne en habitaciones anteriores— me hizo estremecer de asco.
—Claro, el Imperio tenía su buena cantidad de matrimonios no deseados, pero pocas razas —o personas— se permitían engordar de esa manera tan… horrendamente grotesca sin razón alguna.