Con una leve jadeada, Jahi cayó de rodillas, su piel azul pálida cruzada por docenas de cortes superficiales, que la hacían parecer más una auténtica Demoness infernal que la seductora encantadora a la que todos habíamos llegado a querer.
Frente a ella se encontraba una mujer Djinn arrogante, pero extremadamente hábil, su sonrisa insolente y sus orgullosos ojos verdes pálido encendían una pequeña brasa de odio dentro de cada uno de nuestros corazones.
—Eso no estuvo tan mal, Bluey~! Parece que la Marquesa logró inculcarte al menos algún atisbo de técnica. Aunque, ejecutas su estilo de manera pésima... —Frotándose la mandíbula, la Djinn miró fijamente a la Demoness jadeante, sus ojos entrecerrados mientras murmuraba— Hmm, eso podría funcionar... aunque... —Suspirando, Nirinia frunció el ceño mientras preguntaba— ¿Has matado a alguien antes, Bluey?