—Veo que te lanzas de lleno. Está bien, puedes comenzar cuando quieras —rió Allura y sacó las manos de sus bolsillos.
Al oír esto, Ria asintió con la cabeza y apuñaló hacia adelante con su lanza.
En ese instante, su figura desapareció con un rugido de trueno.
—¡BANG!
Dando un paso al lado, Allura pudo esquivar con facilidad y pateó con su pierna pero no logró golpear a Ria.
—Ya veo… Así que así se siente. Me preguntaba cómo funcionaba esta habilidad, pero ahora lo entiendo —murmuró Ria mientras guardaba su lanza.
La lanza no era su habilidad, simplemente lo que eligió manifestar como resultado. Ahora que entiende cómo se siente y funciona, realmente puede comenzar a experimentar y demostrar su poder.
Al elegir un Sigilo, uno debe considerar lo que puede otorgarle. El Cazador debe entender los beneficios de sus Sigilos actuales, lo que pueden y no pueden hacer. Entender sus fortalezas y debilidades.