Despertando por la mañana, Alice iba a bajar a desayunar cuando se dio cuenta de que Ria esperaba justo fuera de su habitación.
—Buenos días. ¿Podemos hablar un momento? —preguntó Ria con una leve sonrisa.
Entendiendo que esta iba a ser una conversación sobre lo que ella había demostrado, Alice tomó una profunda respiración para intentar calmarse antes de asentir con la cabeza e indicarle a Ria que entrara a la habitación para que otros no escucharan.
—Bueno... ¿Cómo empiezo jaja? —Ria se rascó la mejilla incómodamente.