Descansando tanto como podían, la noche cayó pronto sin una sola emboscada de las bestias extrañas.
Tanto Alice como Selen estaban preocupadas por la operación venidera, ya que había una gran posibilidad de que muchos de los Guerreros cambiaran de opinión a medio camino.
Selen notó que algunos de los capitanes protestaban por esta decisión, Bo incluido, pero Olivr mantenía una postura firme. Se negaba a regresar sin resultados, no después de haber perdido ya tantos.
Ahora que había caído la noche, comenzaron a dividir a los grupos.
—¿Estás segura de que estarás bien? —Selen frunció el ceño mientras Alice se reía.
—No te preocupes por eso, priorizo mi propia supervivencia sobre todo. No me mataré por una pequeña batalla como esta —Alice aseguró mientras Selen no tuvo más opción que asentir.
Aunque el grupo de retardo y la vanguardia iban a entrar al puerto juntos, al grupo de retardo no se le permitía luchar.
