Al ver que la bestia desaparecía junto con las demás bestias, Bo apretó los dientes.
—¡Mierda! —gritó furioso cuando su último ataque fue completamente ignorado. ¿No solo eso, sino que la bestia también lo había provocado?
Las venas se le hinchaban en el cuello mientras saltaba con la otra capitana que le había ayudado a bloquear ese último ataque.
Si hubieran tenido más capitanes con ellos, podrían haber matado a la bestia. Pero la mayoría de los capitanes estaban ocupados protegiendo a los Guerreros más débiles. Muchos de los capitanes también se quedaron atrás en el puesto avanzado por lo que había más grupos que capitanes en esta expedición.
Rascándose el cabello, Bo vio que su grupo estaba gravemente herido pero nadie había muerto.
Ese último rayo había acabado con bastantes guerreros, reduciendo sus números.
Nadie lo vio venir. Incluso si hubieran tenido gente vigilando, ¿cómo podrían predecir que la bestia simplemente abriría un camino desde el Vacío y los emboscaría?
