Karl no se dio cuenta de que Misty se había transformado en un dragón blanco del tamaño de un perro hasta la mañana siguiente, cuando sintió un pequeño cuerpo intentando meterse en su cama.
Los demás habían venido a despertarlo, pero Lotus esperaba robar su lugar sin despertar al dragón.
Por supuesto, no funcionó, pero Misty no tenía intenciones de levantarse de la cama, y Lotus llevaba una loción corporal de olor agradable.
Karl alzó la mano y hundió las yemas de los dedos en la mampostería de la pared para levantarse directamente de la cama, luego se impulsó en la pared para aterrizar en el suelo.
—Aunque esa demostración de fuerza física es impresionante, debes ponerte pantalones antes de venir a desayunar. Lotus se perderá la comida sin quejas, pero tú deberías comer —susurró Tessa.
Karl se puso su armadura para mezclarse con el resto del equipo y se dirigió al desayuno.
A medio camino, los Acólitos sostenían las manos de todos, actuando como sus guías.
