—Observé mientras Raphael inclinaba la cabeza hacia atrás y estallaba en risas —dijo—. Hay tantas cosas mal en esa afirmación que ni siquiera sé por dónde empezar.
—Palmeó el espacio junto a él —comenté—, y me hundí en su abrazo mientras el resto de mis compañeros nos rodeaban. Kristen y Escarlata se sentaron en las sillas al otro lado de nosotros, y Luther fue a pararse junto a la puerta.
—Supongo que una vez guardia, siempre guardia.
—El hombre en el teléfono no dijo una palabra en respuesta a la afirmación de Raphael —continué—. Podía sentir la tensión de su lado, pero desafortunadamente para él, la pelota estaba en nuestro campo, y todos lo sabían.
—Primero, no soy el presidente de los cambiaformas. Y, aunque tenemos uno, Sr. Presidente Humano, técnicamente lo supero en rango. Puedes referirte a mí como Alpha o Sr. Sangre de Plata —continuó Raphael mientras depositaba suavemente un beso en mi frente.