Perspectiva de Jules
—¿Adónde, su alteza?
El conductor, Roy, llamó y Blaze soltó un suspiro casi inmediatamente.
—Lo de siempre. Él necesita comer —respondió Blaze a Roy, quien soltó una risita.
—¿Solo él? ¿No vas a comer también? ¿Y qué hay de mí?
—Tú puedes cuidarte solo —Blaze bufó en respuesta con una burla, atrayéndome más hacia su pecho con su mano sobre mi hombro. De repente deseé estar sentada sobre sus piernas en este momento. Siempre que estaba sobre sus piernas, era más fácil recostarme sobre su pecho de esa manera.
Su pecho era la almohada perfecta. Estaba formado por músculos, pero también era suave de cierta manera. Estaba indudablemente obsesionada con él, aunque la vista todavía me hacía sentir extremadamente ruborizada.
Después de un rato, el coche se detuvo frente a un gran edificio y Blaze finalmente retiró su brazo de mi hombro.
