—¿Alguna novedad? —preguntó y sonaba como si estuviera sin aliento. Me dolió tener que darle una respuesta negativa, pero suspiré las palabras.
—Todavía nada —murmuré y Kenny dejó escapar un gruñido cansado. Estaba oscuro afuera y la noche ya había caído, pero eso no iba a detenerme. Ya me estaba preparando para salir a buscar a Rory otra vez porque de ninguna manera iba a descansar sin encontrarlo.
—La policía va a ser bastante inútil hasta después de cuarenta y ocho horas —explicó y yo gruñí, sintiéndome más que irritado.
—A la mierda con la estúpida policía, siempre son inútiles. Vuelve a casa, necesitamos averiguar qué hacer con los niños, porque ya está claro dónde está Rory, ya que parece que no está en otro lugar —continué y podía sentir a Kenny fruncir el ceño a través del teléfono.
—¿Dónde?
—En lo de Alex —respondí por el teléfono y hubo un momento de silencio al principio.
—Oh —finalmente exclamó y yo tiré de mi cabello mientras reanudaba mi caminata.