Rory
Jason adoraba ser excesivo, y lo demostró esta noche al alquilar un cine solo para nosotros tres para ver una película. Aunque, ¿cuál era el punto si ni siquiera me estaba concentrando en la maldita película? ¿Cuál era el maldito punto? Lo único en lo que pensaba era en el vibrador zumbando en mi trasero. Jason tenía el control del mando y claramente se estaba divirtiendo, mientras yo trataba de no actuar afectado en este momento, pero era difícil.
El joven que nos atendía esta noche era un beta y esta era la quinta vez que venía a asegurarse de que no necesitábamos nada. Quería gritarle de frustración porque si no viniera cada dos segundos, habría podido intentar obtener algún alivio de alguna manera.