Jules
Después de que el médico se fue, permanecí en la misma posición, sintiendo como si el mundo estuviera a punto de terminar. Me sentía tan fuera de lugar en mi cuerpo en ese momento que ni siquiera reaccioné cuando otra oleada de dolor atravesó mi estómago.
Blaze estaba caminando de un lado a otro, claramente preocupado. Aparté la mirada y me moví en las sábanas hasta que volví a acostarme, y luego agarré la almohada más cercana y la tiré contra mi pecho, mientras mi interior se inundaba con el repentino impulso de llorar.
Cuando Blaze se detuvo junto a la cama para mirarme, quería fulminarlo con la mirada pero no encontré la fuerza en mí para hacer eso.
—¿Qué necesitas? —preguntó con dolor y la culpa era evidente en su voz, tirando de las cuerdas de mi corazón y la parte tranquilizadora dentro de mí quería instantáneamente hacerle sentir mejor, pero tan pronto como su olor me golpeó, tuve que obligarme a respirar lentamente o volvería a vomitar.
