Perspectiva de Jules
Lo observé parpadear una vez, sus ojos oscuros se centraron aún más en mí. No podía respirar, estaba demasiado nerviosa por cualquier movimiento en falso y podría salirme del agarre que tenía en mi muñeca.
Seguí su línea de visión y me di cuenta de que estaba mirando el costado de mi cuello, en las dos marcas que me había hecho.
—¿Conejita? —repitió nuevamente, lento e inseguro y casi sollocé de alivio al ser envuelta por una ráfaga de emociones.
—Sí, Blaze. ¡Soy yo! No puedo creer que quisieras tirarme de esta— de esta… —me ahogué con tantas emociones que terminé cortando la frase, pero entonces Blaze me levantó en el siguiente momento, tirando de mi muñeca hasta que caí contra su pecho.
Un sollozo burbujeó en mi garganta mientras sus grandes manos se deslizaban alrededor de mi rostro.
—¿No estás... muerta? —susurró y yo negué con la cabeza firmemente mientras mis manos se enrollaban alrededor de sus muñecas.