—Adelante —llamó Melisa, alisando apresuradamente su camisón arrugado.
Para su sorpresa, Javir entró en la habitación, con un aire de propósito. En su mano, sostenía un grueso sobre.
—Buenos días, Melisa —dijo Javir, su voz cálida—. Espero no interrumpir nada importante.
Melisa negó con la cabeza, la curiosidad despertada por el sobre.
—Para nada, Profesora. ¿Todo está bien?
Javir sonrió, una expresión inusualmente suave cruzando sus rasgos.
—Todo está bien. Solo quería darte esto antes de la gala mañana.
Ella extendió el sobre, y Melisa lo tomó, sintiendo el peso de su contenido.
—¿Qué es? —preguntó ella, pasando sus dedos sobre el papel liso.
—Información —respondió Javir, su voz baja y seria—. Sobre Magia de Vida y Magia de Sangre. Cosas que no encontrarás en ningún libro de texto de la academia. Creo que lo encontrarás... iluminador.
Los ojos de Melisa se agrandaron, su corazón acelerado con emoción.
—Javir, yo... gracias. Esto es increíble.