```
Melisa paseaba nerviosa por su habitación, su cola moviéndose inquieta detrás de ella.
Con el gala a tan solo dos días de distancia, su agenda estaba repleta de preparativos e investigaciones de última hora. Pero había una tarea crucial que necesitaba completar primero.
«Necesito estar a plena potencia», pensó, recordando los efectos agotadores de la Magia de Sangre. «Y para eso necesito...»
Como si la hubieran invocado con sus pensamientos, alguien tocó a la puerta.
La alegre voz de Isabella resonó:
—¿Mel? ¿Estás ahí?
El corazón de Melisa se aceleró al abrir la puerta, sus ojos inmediatamente fijándose en la sonrisa traviesa de Isabella.
—Hola, Izzy. Gracias por venir.
Isabella entró con desparpajo, su cola esponjosa rozando de manera insinuante la pierna de Melisa.
—En cualquier momento, cariño. Entonces, ¿cuál es esa necesidad urgente que mencionaste?
Melisa tomó una respiración profunda, armándose de valor.