—¿Qué querrá ella? —se preguntaba Cuervo, frunciendo ligeramente el ceño—. Supongo que esto es por la gala.
Sacudió la cabeza, apartando los pensamientos.
—No tiene sentido especular. Mejor es entrar y averiguar.
Con una respiración profunda, Cuervo alisó su camisa una última vez y empujó la puerta para abrirla.
La profesora Folden estaba sentada detrás de su escritorio, con un par de notas y un mapa de Syux extendidos ante ella.
Un mapa en el que Cuervo había garabateado un poco, hace tiempo.
Javir levantó la vista, una pequeña sonrisa dibujándose en sus labios mientras Cuervo entraba.
—Ah, Cuervo. Justo a tiempo. Por favor, toma asiento.
Cuervo asintió, acomodándose en la silla frente a Javir. Mantenía su postura recta, su rostro cuidadosamente neutral.
—¿Quería verme, profesora?
Javir se recostó en su silla, observando a Cuervo con esos ojos penetrantes que siempre parecían ver a través de ella.