Melisa paseaba por las calles de Syux, su mente girando con posibilidades.
La promesa de recompensa del rey aún se cernía en el horizonte, pero no estaba dispuesta a sentarse perezosamente a esperarla.
—[Magia de Vida,] reflexionaba, sus ojos carmesíes brillando con curiosidad. [Lo opuesto a la Magia de Sangre... Y sin embargo, logré unificarlas con ese hechizo curativo de Magia de Sangre, ¿verdad?] Necesito averiguar más sobre esto.
Ya había examinado los conocimientos de los sanadores y enfermeros de la academia, pero su saber le parecía... limitado. Práctico, ciertamente, pero sin la profundidad que anhelaba.
—[Un sacerdote probablemente sabría más,] pensaba Melisa. Alguien casi tropezó con sus propios pies al pasar junto a ella. [Al menos, si los juegos de RPG son para creer.]
Fue por esa razón que Melisa actualmente se dirigía hacia el gran templo que se alzaba más adelante.