La visión color de rosa de Xuan Yang.
Entre el vibrante y bullicioso mundo de la finca Nanshan, la presencia de Xu Feng en el Patio Floreciente resaltaba como una flor rara y floreciente entre un campo de verdor.
Su cabello plateado, que caía en una cascada reluciente por su espalda, parecía capturar la luz del sol y convertirla en plata líquida. Sus rasgos rosados y una piel que irradiaba salud y vitalidad le hacían parecer una flor radiante en plena floración.
Mientras Xu Feng transcurría su día, sus pasos estaban acompañados por un bamboleo suave, mostrando involuntariamente las dos preciosas vidas que llevaba dentro.
Sus movimientos, una vez meticulosos, ahora llevaban un aire de torpeza entrañable, y su vientre, redondo y lleno, despertaba admiración entre los pocos que lo presenciaban. Se movía con gracia, como si danzara a través del patio, a pesar del peso añadido y el malestar.