—Suspiro —Xu Feng no pudo evitar suspirar con todo lo que estaba sucediendo a la vez, era abrumador.
El suspiro hizo que Xu Hu Zhe se encogiera aún más, pero Xu Feng no lo notó. En cambio, intentó despejar su mente y corazón de todas las preocupaciones con la liberación de su aliento. Preocuparse no resolvía ninguno de sus problemas.
El bosque envolvió a Xu Feng mientras continuaba su caminata rápida, cada paso llevándolo más profundo en la antigua naturaleza. El camino adelante se estrechaba, serpenteando a través de árboles altísimos que parecían alcanzar los cielos.
Mientras paseaba por este paisaje prístino, los pensamientos de Xu Feng comenzaron a alejarse del peso de sus preocupaciones. La belleza natural a su alrededor tenía una forma de calmar su alma. Se maravilló de los vibrantes colores de las flores silvestres que alfombraban el suelo del bosque, sus delicados pétalos añadiendo salpicaduras de rojo, morado y amarillo al paisaje verde.