En este nuevo mundo, Xu Feng se encontró con innumerables opciones de tareas para ocupar su tiempo. Aunque el invierno lo mantendría principalmente dentro de la casa, ya había llenado su agenda hasta el tope con actividades necesarias e innecesarias.
La transición de ser una joven señora a señor de la casa resultó ser de su agrado, traía consigo numerosas responsabilidades, pero también un renovado sentido de libertad.
Ahora podía trazar su propio camino y tomar decisiones sobre su vida diaria. Convertirse en un auténtico perezoso era una realidad que disfrutaba. Y hoy, tenía un día lleno de actividades para desviar su mente de los pensamientos de dos serpientes molestas.
Tenía cosas más importantes en qué pensar que en dos horribles, malvadas y atractivas serpientes.
—Suspiro...
Con un suspiro nostálgico, Xu Feng recogió su ropa interior y se dirigió al baño especial, que también servía como baño.
Sin embargo, pronto recordó que no había agua corriente disponible...