—¿Eran las mujeres mejores partidas para Xuan Yang y Xuan Jian? —Después de todo, pertenecían a este mundo y probablemente se criaron en hogares más adinerados que él.
De cualquier manera, todo lo que Xu Feng quería saber era si su plan había funcionado con los dos hombres. Después de unos momentos, la conversación entre el asistente de la tienda y Erlang se reanudó, y el tendero se unió.
Sin embargo, las mujeres comenzaron a rodear a los dos atractivos hombres como tiburones circulando a su presa.
Xu Feng observó disimuladamente a Xuan Jian, quien mantenía su expresión gélida e impasible. Era evidente que la situación estaba lejos de ser placentera para él. Mientras Xu Feng echaba un vistazo, sus ojos se encontraron con un par de esferas oscuras y profundas.