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Después de visitar solo una tienda, Xu Feng ya se sentía casi completamente agotado. El constante escrutinio de los curiosos espectadores estaba pasando factura.
Había sugerido a los dos hombres que se separaran por un tiempo. Él iría con Erlang, y podrían ir de compras por su cuenta.
Xu Feng pensó que podría ser una pequeña cita para Xuan Jian y Xuan Yang, una oportunidad perfecta para que disfrutaran de algo de tiempo de calidad sin las miradas indiscretas de los residentes de la finca Nanshan o de la gente de la capital.
Para su sorpresa, tanto Xuan Yang como Xuan Jian rechazaron rotundamente su oferta. Incluso Erlang parecía en contra de la idea de quedarse solo con Xu Feng. Eso irritó ligeramente a Xu Feng...