Xu Feng, un hombre moderno que a menudo veía dramas de época y de CEOs adinerados con su madre y que tenía amor por las novelas en línea, no era ajeno al tropo del administrador ladrón o mayordomo.
Las acciones de Administrador Wu, aunque involucraban una suma significativa de dinero, no le sorprendieron demasiado. Entendía cómo una persona avariciosa como Administrador Wu podía tomar tales riesgos cuando un blanco fácil (Xu Feng) se colocaba frente a ellos.
Si Xu Feng hubiera tenido algún tipo de respaldo, Administrador Wu podría haberse reprimido un poco.
En sus ojos, las más desagradables eran Tía Lan y Lifen. Sus súplicas lastimeras y su implicación en el esquema de Administrador Wu lo repelían. Estas mujeres no tenían lazos familiares con Si, San o Erlang, sin embargo, eran las únicas adultas que los niños jamás habían conocido.