—Señoras y señores, la Reunión del Principio de la Espada ha terminado y mi Señor tiene asuntos propios que atender, por lo que les tengo que pedir a todos que se retiren ahora —dijo la mujer vestida de púrpura que había recibido a los expertos cuando llegaron por primera vez.
Los expertos dejaron el valle sin dudar después de escuchar esas palabras.
—Nos están pidiendo que nos vayamos. Parece que no quieren que nos quedemos más tiempo —sonrió Jian Wushuang.
—Vamos —dijo Jian Nantian con tono indiferente. Luego, se encaminó fuera del valle con Jian Wushuang.
El apuesto Su Ming se encontraba en el punto más alto del valle, mirando la figura que se alejaba de Jian Wushuang en la distancia, con una expresión torcida en su rostro.
—Zizhong —habló Su Ming.
—¿Su Excelencia? —Un hombre vestido de púrpura se presentó ante él.
—Sigue a Jian Wushuang. Una vez que salga del valle, mátalo y trae de vuelta la Espada Asesina del Corazón —ordenó Su Ming en voz baja.