Dentro de un exquisito patio, Jian Wushuang se sentó en una mesa de piedra con Wang Yuan y Yang Zaixuan.
A pesar de que ya había destruido el Palacio del Emperador Santo, la expresión en su rostro seguía siendo bastante fría.
El Palacio del Emperador Santo era solo una secta marioneta, controlada por Jiu Shiu y la fuerza detrás de él. Eran el verdadero objetivo de Jian Wushuang.
Sin embargo, le quedaba un largo camino por recorrer.
—Hermano Mayor, Segundo Hermano, beban un poco de vino conmigo —Jian Wushuang volteó su mano, y entonces una vasija de vino y varias copas aparecieron en la mesa.
—Este vino no será Borrachera de Tres Días otra vez, ¿verdad? —preguntó Wang Yuan, un poco irritado.
—Er... —Jian Wushuang se sorprendió al principio, pero luego sonrió.
Esa sonrisa rompió el hielo.
Después de beber, Wang Yuan miró a Jian Wushuang y preguntó:
—Tercer Hermano, ahora que el Palacio del Emperador Santo ha sido destruido, ¿qué planeas hacer a continuación?