—¡Espadachín!
Rey Hueso, Xue Yang y Bestia mostraban expresiones complicadas mientras estaban de pie frente a Jian Wushuang.
Cuando se encontraron, Bestia menospreciaba algo al joven, pero ahora estaba impactado por su fuerza.
—Espadachín mató a Deng Huo, lo que significa que fácilmente podría matarme si yo fuera su oponente.
—La gente del Marqués Cangyue se ha retirado. Es imposible que regresen en un corto período de tiempo, por lo que prácticamente hemos adquirido la Mansión de la Cueva Jiushe. Veamos cómo va la Formación —dijo Jian Wushuang casualmente con una sonrisa tenue.
—De acuerdo. —Rey Hueso, Xue Yang y Bestia asintieron, encantados en su corazón.
Hasta ahora, habían conquistado completamente la Mansión de la Cueva Jiushe y terminado su misión.
En ese momento, en la enorme carpa del Campamento Marqués Cangyue, tres figuras altas y corpulentas estaban sentadas con una mirada enojada. Eran los señores encargados de los negocios del campamento.
