Sintiendo la intención asesina de Jian Wushuang, Sima Bu no pudo evitar sacudir la cabeza en secreto.
Podía entender la intención de matar de Jian Wushuang hacia la Torre Pluma Sangrienta, pero la Torre Pluma Sangrienta era tan poderosa que no todo el mundo podía provocarla.
Sentado en la cueva, Jian Wushuang sujetaba sus manos con fuerza y los ojos cerrados, restringiendo lentamente su tremenda intención asesina provocada por la ira extrema que originalmente sentía. Era evidente que ya se había calmado.
—Para mí, la Torre Pluma Sangrienta es un verdadero coloso y no puedo competir con ellos con la fuerza que tengo ahora. Así que debo aguantar por ahora.
—¡Aguantar, esconderme y esperar! —Jian Wushuang apretaba las manos tan fuerte que sus uñas se clavaban en su palma hasta sangrar.
Aunque su corazón estaba lleno de intención asesina, necesitaba contener su filo cortante.