En el hospital, el doctor le hablaba a Caryn, quien todavía estaba dentro de la unidad de aislamiento cubierta de plástico.
—Señorita Shaw, debido a la nueva medicina, su cuerpo ha respondido muy bien al trasplante de médula ósea —dijo el doctor mientras revisaba sus informes—. Pero eso no significa que esté completamente recuperada. Puede tomar hasta un año para que el sistema inmunológico y el conteo de sangre vuelvan a la normalidad.
Ella casi lo miró con furia.
—No me digas que tengo que quedarme aquí todo un año. Si ese es el caso, prefiero irme y morir.
El doctor, consciente de su temperamento, se mantuvo calmado y respondió: